Mejores escapadas en otoño para familias

Sep 2 2025
Selva de Irati

Se acaba el verano y las familias buscan opciones más tranquilas, asequibles y llenas de encanto para disfrutar de unos días juntos. El otoño, con sus colores cálidos, temperaturas agradables y una atmósfera más calmada, se convierte en la temporada perfecta para salir de la rutina y explorar nuevos destinos. Además, muchos lugares se transforman en esta época, ofreciendo experiencias que no se pueden vivir en ninguna otra estación del año.

A continuación, te comparto una lista de 10 escapadas de otoño ideales para familias, con detalles sobre qué ver, qué no perderse y actividades pensadas para grandes y pequeños.

1. Valle del Ambroz, Cáceres

Valle del Ambroz
Valle del Ambroz

El Valle del Ambroz es uno de esos lugares que parece cobrar vida en otoño. Situado al norte de Cáceres, entre la Sierra de Béjar y el Sistema Central, este rincón extremeño es un verdadero tesoro natural y cultural. La zona es muy conocida por su “Otoñada”, un festival que se celebra cada año entre octubre y diciembre, y que convierte a los pueblos del valle en escenarios de actividades, conciertos, rutas guiadas y experiencias pensadas para toda la familia.

Por qué es una buena opción en otoño

En esta estación, los bosques de castaños, robles y alisos se transforman en un espectáculo de tonos dorados, rojos y naranjas. El clima es fresco, pero agradable para caminar y descubrir la naturaleza sin el calor del verano ni el frío intenso del invierno. Además, la “Otoñada” hace que cada fin de semana haya una excusa para visitar el valle, desde mercados tradicionales hasta rutas gastronómicas.

Qué visitar

  • Hervás: uno de los pueblos más pintorescos del valle, famoso por su barrio judío medieval, declarado Conjunto Histórico-Artístico. Pasear por sus calles empedradas es como viajar al pasado.
  • Baños de Montemayor: ideal para relajarse en sus baños termales romanos. Los adultos pueden disfrutar de un spa termal, mientras que los niños descubren la historia de las aguas curativas.
  • Segura de Toro: un pequeño pueblo serrano que conserva un impresionante verraco celta y calles que invitan al paseo tranquilo.
  • Bosques de castaños: lugares como el Castañar de Granadilla o el entorno de La Garganta son perfectos para hacer senderismo con niños y disfrutar de la caída de las hojas.

Actividades familiares

  • Rutas de senderismo fáciles: existen senderos de baja dificultad señalizados, ideales para caminar con niños. Uno de los más bonitos es el que conecta Hervás con el Puente de la Fuente Chiquita.
  • Rutas teatralizadas: durante la “Otoñada”, algunos pueblos organizan rutas en las que actores representan historias y leyendas locales, algo que encanta a los más pequeños.
  • Mercados artesanales: ideales para probar productos como la miel, los quesos o la repostería típica.
  • Avistamiento de aves: el valle es un excelente lugar para observar aves migratorias en esta época.

Qué no perderse

  • Un paseo por el Embalse de Baños, que en otoño refleja los colores de la naturaleza como si fuese un espejo.
  • La gastronomía local: probar unas migas extremeñas, un buen plato de caldereta o dulces como los “bollos dormidos”.
  • El ambiente festivo de la Otoñada, con conciertos, cuentacuentos y talleres que hacen que la visita sea mucho más que un simple viaje.

Consejos prácticos

  • El alojamiento rural es la mejor opción: casas rurales y hoteles pequeños con encanto en Hervás o Baños de Montemayor. Conviene reservar con antelación en otoño, ya que la zona se llena los fines de semana.
  • Es recomendable llevar calzado cómodo y ropa de abrigo en capas, ya que las mañanas y noches pueden ser frescas.
  • Muchas actividades de la “Otoñada” son gratuitas o de bajo coste, lo que lo convierte en un destino muy asequible para familias.

2. La Garrotxa, Girona

La garrotxa
La garrotxa

La zona volcánica de la Garrotxa es uno de los rincones más mágicos de Cataluña y de toda España. Está situada en Girona y se caracteriza por su espectacular parque natural, que alberga más de 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava. Pero no solo es naturaleza: también es historia, pueblos medievales de cuento y una gastronomía que hará las delicias de toda la familia.

En otoño, la Garrotxa se transforma. El Hayedo de Jordá se tiñe de colores intensos, los senderos se llenan de hojas crujientes y el clima resulta perfecto para pasear, descubrir rincones volcánicos y visitar pueblos llenos de encanto.

Por qué es una buena opción en otoño

  • El hayedo de Jordá ofrece uno de los paisajes otoñales más impresionantes de España. Sus tonos rojos y dorados son un espectáculo visual y un regalo para los niños, que disfrutan jugando entre las hojas caídas.
  • Al ser temporada baja, los pueblos medievales de la zona se pueden visitar con mayor tranquilidad que en pleno verano.
  • La gastronomía típica de la Garrotxa —sopas calientes, embutidos artesanales, platos de cuchara y postres caseros— se disfruta especialmente en esta época.

Qué visitar

  • Hayedo de Jordá: un bosque de cuento, con senderos señalizados fáciles para recorrer en familia. Los más pequeños se sienten como en una película de fantasía.
  • Volcán Croscat: es el volcán más grande de la península ibérica y cuenta con un itinerario adaptado para pasear. Incluso se pueden ver los cortes de su interior.
  • Santa Pau: un precioso pueblo medieval amurallado, con calles estrechas y plazas acogedoras. Perfecto para pasear y tomar un chocolate caliente.
  • Besalú: aunque no está dentro del parque natural, está muy cerca. Es uno de los pueblos medievales más bonitos de España, con su famoso puente románico que parece sacado de un cuento.
  • Castellfollit de la Roca: un pueblo construido sobre un acantilado basáltico de más de 50 metros de altura. Es tan espectacular como seguro, y resulta inolvidable para los niños.

Actividades familiares

  • Senderismo para todos los niveles: desde paseos de media hora por el hayedo hasta rutas más largas por la zona volcánica.
  • Paseos en globo aerostático: una de las experiencias más singulares de la Garrotxa. Aunque puede ser más para adultos, muchos vuelos aceptan niños mayores de 5-6 años.
  • Rutas en carruaje o a caballo: una forma distinta de recorrer los bosques y volcanes, muy atractiva para los peques.
  • Visitas a granjas: en los alrededores hay granjas educativas que permiten a los niños interactuar con animales y aprender sobre la vida rural.
  • Talleres gastronómicos: desde aprender a hacer pan con harina local hasta probar embutidos artesanales.

Qué no perderse

  • Las vistas desde los miradores del volcán Croscat.
  • El puente románico de Besalú, sobre todo al atardecer.
  • Un paseo por el hayedo de Jordá al amanecer o al atardecer, cuando la luz entra entre los árboles y convierte el bosque en un escenario mágico.
  • Los fesols de Santa Pau (judías típicas de la zona), una delicia gastronómica que suele encontrarse en muchos restaurantes locales.

Consejos prácticos

  • El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa tiene itinerarios muy bien señalizados, muchos de ellos aptos para familias con niños pequeños.
  • Para el hayedo, conviene ir temprano, ya que es uno de los lugares más visitados en otoño.
  • El alojamiento rural en pueblos como Santa Pau o Olot es ideal, aunque también hay casas rurales más aisladas en plena naturaleza.
  • Llevar calzado cómodo e impermeable: el terreno puede estar húmedo en otoño.
  • Para comer, la zona está llena de fondas y masías con menús caseros a buen precio, perfectos para familias.

3. Valle de Ordesa, Huesca

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés, es uno de los enclaves naturales más impresionantes de España y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En otoño, este valle se convierte en un festival de colores: los bosques de hayas, abedules y arces se tiñen de rojos, naranjas y amarillos que contrastan con las altas cumbres.

Para las familias que buscan naturaleza, aire puro y experiencias inolvidables, Ordesa es un destino inmejorable en esta época del año.

Por qué es una buena opción en otoño

  • El valle está mucho más tranquilo que en verano, lo que permite disfrutar de la naturaleza sin aglomeraciones.
  • La vegetación otoñal transforma los senderos en auténticos túneles de color.
  • La fauna es más visible: en esta estación se pueden observar sarrios, quebrantahuesos y, con suerte, la berrea de los ciervos.
  • El clima es fresco, pero agradable para caminar en familia.

Qué visitar

  • La Pradera de Ordesa: el punto de partida de muchas rutas. Está rodeada de montañas espectaculares y tiene áreas ideales para que los niños jueguen y corran.
  • Cascada de Arripas y las Gradas de Soaso: rutas accesibles que llevan a preciosas cascadas, con itinerarios aptos para familias.
  • Cola de Caballo: la cascada más famosa del parque. Aunque la ruta completa es larga (17 km ida y vuelta), puede adaptarse haciendo solo una parte del recorrido.
  • Cañón de Añisclo: un entorno más agreste, con gargantas y pozas naturales. Ideal para familias con niños más mayores.
  • Miradores de Ordesa: accesibles en coche por la pista de las Cutas (según época del año). Ofrecen panorámicas increíbles sin necesidad de caminar demasiado.

Actividades familiares

  • Senderismo adaptado: hay rutas circulares cortas (1-2 horas) muy bien señalizadas, ideales para los más pequeños.
  • Fotografía de naturaleza: los colores otoñales hacen que cualquier rincón sea digno de postal. Puede convertirse en un juego para los niños: encontrar la hoja más roja o la más grande.
  • Observación de fauna: llevar prismáticos es todo un acierto. El parque es hábitat de grandes rapaces y mamíferos que los niños disfrutan descubriendo.
  • Picnic en la naturaleza: muchas rutas cuentan con zonas habilitadas para comer al aire libre.
  • Educación ambiental: en Torla, el centro de visitantes del parque ofrece exposiciones interactivas que ayudan a los niños a entender mejor el entorno natural.

Qué no perderse

  • El camino hasta las Gradas de Soaso, un sendero fácil con cascadas en cadena.
  • La panorámica desde los miradores de Ordesa, sobre todo al amanecer o atardecer.
  • El pueblo de Torla, puerta de entrada al parque, con casas de piedra, chimeneas típicas y un ambiente de montaña muy acogedor.
  • La berrea del ciervo si se viaja en octubre: una experiencia única que fascina tanto a adultos como a pequeños.

Consejos prácticos

  • El acceso al parque en temporada alta se hace en autobús desde Torla, pero en otoño es posible llegar en coche hasta la Pradera de Ordesa (hay que confirmar según fechas).
  • Conviene llevar ropa de abrigo en capas, ya que la temperatura puede bajar bastante al caer la tarde.
  • El calzado de montaña es indispensable, incluso para rutas cortas, ya que el terreno puede estar húmedo.
  • Para familias con niños muy pequeños, un portabebés de montaña es mejor opción que el carrito, ya que muchos caminos son irregulares.
  • La oferta de alojamientos en Torla y Broto es variada: hoteles familiares, apartamentos y casas rurales con encanto. Reservar con antelación es recomendable en otoño, sobre todo en fines de semana.

4. La Rioja y sus viñedos

Haro la capital del vino
Haro la capital del vino

Cuando pensamos en La Rioja, lo primero que se nos viene a la cabeza son sus vinos. Sin embargo, este territorio ofrece mucho más, especialmente para las familias que buscan escapadas en otoño. La región combina naturaleza, historia, pueblos con encanto y, por supuesto, la cultura del vino, que también puede disfrutarse con niños de manera didáctica y divertida.

El otoño aquí es mágico: los viñedos cambian de color y se convierten en un mar de tonos dorados, rojizos y anaranjados que parecen pintados a mano. Además, coincide con la época de vendimia, un momento muy especial en el que bodegas, pueblos y campos se llenan de vida.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los viñedos en esta estación son un espectáculo visual incomparable.
  • Muchas bodegas organizan actividades familiares, como vendimias infantiles, catas adaptadas (con mosto en lugar de vino) o talleres gastronómicos.
  • El clima otoñal es perfecto para pasear entre viñedos y visitar pueblos sin el calor del verano.
  • La región es compacta, lo que permite recorrer varios lugares en poco tiempo, sin grandes desplazamientos para los niños.

Qué visitar

  • Logroño: la capital riojana es ideal para un paseo en familia. La calle Laurel es famosa por sus tapas, y el casco antiguo está lleno de rincones con encanto.
  • Haro: conocida como la “capital del vino”, con numerosas bodegas centenarias que ofrecen visitas adaptadas a familias.
  • Briones: un precioso pueblo medieval donde se encuentra el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, con exposiciones interactivas y jardines que fascinan a los más pequeños.
  • San Millán de la Cogolla: cuna del castellano y lugar Patrimonio de la Humanidad, donde se pueden visitar los monasterios de Suso y Yuso.
  • Laguardia (Álava, Rioja Alavesa): un pueblo amurallado lleno de bodegas subterráneas, perfecto para combinar historia y vino.

Actividades familiares

  • Vendimia infantil: muchas bodegas organizan jornadas donde los niños pueden recolectar uvas, pisarlas en lagares tradicionales y elaborar su propio mosto.
  • Visitas a bodegas: aunque el vino es el protagonista, la mayoría ofrece alternativas para los niños, como catas de mosto o talleres creativos.
  • Rutas en bicicleta entre viñedos: hay recorridos sencillos y seguros para hacer en familia.
  • Paseos en globo aerostático: una experiencia inolvidable para contemplar los viñedos desde el aire.
  • Talleres de cocina tradicional: en los que grandes y pequeños pueden aprender a preparar platos riojanos.

Qué no perderse

  • El Museo Vivanco de la Cultura del Vino en Briones: no es solo un museo de vino, sino un centro cultural con jardines, exposiciones de arte y actividades para todas las edades.
  • Los paisajes de la Rioja Alavesa, donde los viñedos se mezclan con sierras y pueblos amurallados.
  • Una caminata por la Ruta del Vino de Rioja Alta, que combina pueblos con encanto y bodegas.
  • Las fiestas de la vendimia, que suelen incluir música, mercados medievales y actividades para toda la familia.

Consejos prácticos

  • Reservar con antelación las visitas a bodegas, sobre todo en otoño, que es la temporada alta.
  • Muchas bodegas ofrecen packs familiares: visita + taller infantil + degustación para adultos.
  • El alojamiento rural en pueblos como Briones, Haro o Laguardia es una opción fantástica, ya que combina comodidad y encanto.
  • Llevar ropa cómoda y algo de abrigo, ya que las mañanas y noches otoñales pueden ser frescas.
  • Para comer, las fondas riojanas y restaurantes tradicionales ofrecen menús caseros con precios asequibles y platos adaptados a niños.

5. Picos de Europa, Asturias y Cantabria

Cangas de Onís
Cangas de Onís

El Parque Nacional de los Picos de Europa es uno de los entornos naturales más icónicos de España. Sus cumbres escarpadas, valles verdes y pueblos con encanto ofrecen una combinación perfecta de aventura y tranquilidad. En otoño, el parque muestra su cara más especial: los bosques se tiñen de tonos cálidos, los senderos recuperan la calma tras el verano y la gastronomía local invita a disfrutar de platos de cuchara al calor de una chimenea.

Para familias, es un destino versátil: se puede combinar naturaleza, actividades adaptadas para niños, visitas culturales y experiencias gastronómicas.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los bosques caducifolios se visten de colores intensos, creando paisajes de postal.
  • El clima es fresco y agradable, ideal para caminatas sin el calor del verano.
  • El parque está menos concurrido, por lo que la visita resulta más tranquila y auténtica.
  • Es temporada de productos locales: quesos, sidra y platos de caza que llenan las cartas de los restaurantes.

Qué visitar

  • Covadonga: su basílica y la Santa Cueva son paradas imprescindibles, llenas de historia y simbolismo.
  • Lagos de Covadonga: Enol y Ercina son dos lagos glaciares rodeados de montañas. En otoño, su reflejo entre hojas doradas es espectacular.
  • Potes (Cantabria): capital de Liébana, con calles empedradas y un ambiente medieval muy acogedor.
  • Cangas de Onís: famoso por su puente romano con la cruz de la victoria colgante.
  • Desfiladero de la Hermida: una ruta escénica en coche con miradores impresionantes.

Actividades familiares

  • Senderismo suave: hay rutas cortas, como el paseo alrededor de los Lagos de Covadonga o senderos sencillos en los valles.
  • Funicular de Bulnes: una experiencia única para los niños, que permite acceder al pequeño pueblo de Bulnes sin esfuerzo.
  • Visitas a queserías tradicionales: descubrir cómo se elabora el queso Cabrales o el Queso de Liébana es divertido y educativo.
  • Rutas a caballo o en bici: opciones seguras y adaptadas para familias en praderas y caminos rurales.
  • Centros de interpretación: como el de Sotama (Cantabria), donde los pequeños pueden aprender sobre la fauna y flora del parque.

Qué no perderse

  • El reflejo de los Lagos de Covadonga al amanecer.
  • Un paseo por el puente romano de Cangas de Onís.
  • Las callejuelas de Potes, llenas de tiendas de productos locales.
  • Degustar un cachopo asturiano o un buen cocido lebaniego en un restaurante familiar.
  • Los miradores de Fuente Dé, a los que se accede en teleférico, ofreciendo vistas espectaculares sin necesidad de largas caminatas.

Consejos prácticos

  • Para visitar los Lagos de Covadonga, conviene informarse sobre el sistema de acceso, ya que en temporada alta hay restricciones de tráfico y se utilizan autobuses lanzadera. En otoño suele estar más libre.
  • Llevar ropa de abrigo, ya que en las cumbres el frío llega pronto.
  • El alojamiento en casas rurales y hoteles familiares en pueblos como Cangas de Onís o Potes es muy recomendable.
  • Una escapada de 3-4 días es ideal para disfrutar del parque sin prisas.
  • No olvides probar productos locales: quesos, sidra asturiana y orujos cántabros (estos últimos, solo para adultos).

6. Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Huelva

la Gruta de las Maravillas
la Gruta de las Maravillas

En pleno corazón de Andalucía, al norte de la provincia de Huelva, se encuentra la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un paraíso natural que combina bosques, dehesas y pueblos blancos llenos de encanto. Esta zona, declarada Parque Natural, es ideal para familias que buscan tranquilidad, naturaleza y buena mesa.

En otoño, el parque se transforma: los bosques de encinas, robles y castaños cambian de color, comienza la temporada de setas y se vive la montanera, ese momento en que los cerdos ibéricos pastan libremente alimentándose de bellotas. Un espectáculo curioso y educativo para los niños, además de la excusa perfecta para probar el jamón ibérico de bellota en su tierra natal.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Es temporada de setas, con multitud de rutas micológicas y ferias gastronómicas.
  • Se puede observar la montanera, un fenómeno único de la dehesa ibérica.
  • El clima otoñal es suave, ideal para caminatas y actividades al aire libre.
  • La zona ofrece una combinación perfecta de naturaleza, cultura y gastronomía.

Qué visitar

  • Aracena: el pueblo más importante de la zona, famoso por la Gruta de las Maravillas, una cueva impresionante llena de estalactitas, estalagmitas y lagos subterráneos que sorprenden tanto a niños como a adultos.
  • Cortegana: con su castillo medieval perfectamente conservado. A los niños les encanta recorrer sus torres y murallas.
  • Almonaster la Real: uno de los pueblos más bonitos de España, donde destaca su mezquita árabe del siglo X, situada en lo alto del pueblo.
  • Linares de la Sierra: un encantador pueblo con calles empedradas y “llanillos” decorados con dibujos en piedra.

Actividades familiares

  • Rutas de senderismo: hay senderos fáciles y bien señalizados, ideales para recorrer con niños. Algunos unen pueblos entre sí, como la ruta entre Linares de la Sierra y Alájar.
  • Recolección de setas: muchas asociaciones locales organizan excursiones micológicas en las que los más pequeños aprenden a identificar especies (siempre con expertos, para hacerlo con seguridad).
  • Visitas a secaderos de jamón: para descubrir cómo se elabora uno de los productos estrella de la gastronomía española.
  • Talleres de artesanía: en algunos pueblos se pueden visitar talleres de cerámica o bordados tradicionales.
  • Fiestas locales: en otoño se celebran ferias micológicas y gastronómicas que incluyen actividades para familias.

Qué no perderse

  • La visita a la Gruta de las Maravillas, uno de los mayores atractivos subterráneos de Andalucía.
  • Un paseo por Almonaster la Real al atardecer, con vistas espectaculares desde su mezquita.
  • Degustar unas setas a la plancha o un revuelto de gurumelos, típicos de la zona.
  • Un recorrido por una dehesa en montanera, donde los niños pueden ver de cerca cómo los cerdos ibéricos se alimentan de bellotas.

Consejos prácticos

  • Llevar ropa cómoda y calzado adecuado: aunque las rutas son fáciles, el terreno puede estar húmedo en otoño.
  • Para visitar la Gruta de las Maravillas conviene reservar entrada con antelación, especialmente en fines de semana.
  • El alojamiento en casas rurales o cortijos rehabilitados es la mejor forma de vivir la experiencia de la sierra.
  • Octubre y noviembre son los meses clave para disfrutar de las setas y de la montanera.
  • La gastronomía local es muy completa: además del jamón ibérico, destacan platos como las migas serranas, los potajes y los dulces caseros.

7. Selva de Irati, Navarra

Selva de Irati
Selva de Irati

La Selva de Irati es uno de los bosques más grandes y mejor conservados de toda Europa. Situada en los Pirineos navarros, se extiende entre montañas, ríos y pequeños pueblos de cuento. Es un lugar que, en otoño, alcanza su máximo esplendor: los hayedos y abetales se tiñen de tonos dorados, rojizos y anaranjados, convirtiendo el paisaje en un auténtico cuadro natural.

Para las familias, Irati es un destino mágico y educativo, perfecto para que los niños aprendan a valorar la naturaleza mientras se divierten explorando.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los colores otoñales de los hayedos hacen que cada paseo sea una experiencia visual inolvidable.
  • Es temporada de setas y castañas, que se pueden recolectar en actividades organizadas.
  • El clima fresco es ideal para caminar sin agobios.
  • La fauna se deja ver más fácilmente: aves, ciervos y, con suerte, incluso algún zorro.

Qué visitar

  • Embalse de Irabia: rodeado por bosques, sus aguas reflejan los tonos del otoño creando una estampa de ensueño.
  • Ochagavía: un pueblo precioso de calles empedradas y casas de piedra, considerado la puerta de entrada a la Selva de Irati.
  • Orbaitzeta: otro de los accesos al bosque, con su Real Fábrica de Armas, un lugar histórico que también merece una visita.
  • Senderos señalizados: hay múltiples rutas con distintos niveles de dificultad, varias adaptadas a familias con niños.

Actividades familiares

  • Senderismo fácil: rutas cortas como la del Embalse de Irabia (circular y sencilla) o la del Puente de Koixta.
  • Rutas guiadas de naturaleza: con monitores que explican la flora, fauna y curiosidades del bosque.
  • Recogida de setas y castañas: actividades muy populares en otoño, siempre con expertos locales para garantizar la seguridad.
  • Observación de aves: la selva es hábitat de pícidos, rapaces y otras especies que llaman mucho la atención de los pequeños.
  • Cuentacuentos y talleres en Ochagavía: en ocasiones se organizan actividades culturales para los niños, ligadas a las leyendas de la zona.

Qué no perderse

  • El reflejo del bosque en el Embalse de Irabia en un día soleado de otoño.
  • Un paseo por Ochagavía, considerado uno de los pueblos más bonitos de Navarra.
  • Los miradores naturales, como el de Tapla, que ofrecen panorámicas espectaculares de la selva.
  • Probar la gastronomía navarra, con platos de caza, migas de pastor o quesos artesanales.

Consejos prácticos

  • El acceso principal a la Selva de Irati desde Ochagavía es de pago (una pequeña tasa destinada al mantenimiento), pero merece totalmente la pena.
  • El otoño es temporada alta: conviene llegar temprano para evitar problemas de aparcamiento.
  • Llevar calzado de montaña y ropa en capas: el clima cambia rápido en esta zona de los Pirineos.
  • El alojamiento en casas rurales de Ochagavía u Orbaitzeta es ideal para familias que buscan comodidad y autenticidad.
  • Si se viaja con niños pequeños, mejor optar por rutas de menos de 5 km y de dificultad baja.

8. Parque natural de las lagunas de Ruidera, Castilla-La Mancha

Parque Natural de las Lagunas de Ruidera
Parque Natural de las Lagunas de Ruidera

El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es un auténtico oasis en el corazón de La Mancha. Se trata de un conjunto de 15 lagunas de aguas cristalinas, conectadas entre sí por cascadas y arroyos, que ofrecen un paisaje sorprendente y muy distinto al que solemos asociar con esta región.

En otoño, las Lagunas de Ruidera recuperan su calma tras el bullicio del verano. El agua refleja los tonos ocres de los bosques circundantes, los animales se dejan ver con más facilidad y el clima invita a recorrer senderos, practicar deportes tranquilos o simplemente disfrutar de la serenidad del lugar.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los colores de los bosques ribereños crean paisajes únicos junto al agua.
  • La afluencia turística es mucho menor que en verano, lo que permite disfrutar del parque con tranquilidad.
  • La fauna, como aves acuáticas o nutrias, es más fácil de observar en esta época.
  • Se puede combinar naturaleza con cultura, ya que está muy cerca de enclaves ligados a la obra de Cervantes.

Qué visitar

  • Laguna del Rey y Laguna Colgada: de las más grandes y espectaculares, ideales para paseos en familia.
  • Cascada del Hundimiento: una caída de agua espectacular, sobre todo después de lluvias.
  • Miradores del parque: ofrecen panorámicas perfectas para observar las lagunas y hacer fotos.
  • Ossa de Montiel: uno de los pueblos más cercanos, con acceso directo al parque.
  • Campo de Montiel: tierra cervantina, con huellas literarias vinculadas al Quijote.

Actividades familiares

  • Senderismo suave: existen rutas señalizadas aptas para niños, como la que recorre la Laguna Colgada.
  • Kayak y piragüismo: actividades seguras en las lagunas más tranquilas, ideales para familias con niños un poco más mayores.
  • Observación de fauna: es posible ver garzas, ánades reales e incluso nutrias si se tiene suerte.
  • Rutas en bicicleta: varios caminos bordean las lagunas, con tramos sencillos para hacer en familia.
  • Visitas culturales: se puede completar la escapada con paradas en Almagro o en el Parque Arqueológico de Alarcos.

Qué no perderse

  • La Cascada del Hundimiento al atardecer.
  • Un paseo por las orillas de la Laguna Colgada, una de las más fotogénicas.
  • Los reflejos dorados del agua en otoño, que convierten el paisaje en una postal.
  • Probar las gachas, migas o pisto manchego en los restaurantes cercanos, perfectos para recuperar fuerzas tras las rutas.

Consejos prácticos

  • El acceso al parque es gratuito, pero conviene aparcar en las zonas habilitadas para evitar problemas.
  • El otoño es una época perfecta para las rutas acuáticas, ya que no hay aglomeraciones.
  • Es recomendable llevar ropa cómoda y calzado resistente al agua, ya que algunos senderos pueden estar húmedos.
  • Para familias, los alojamientos más prácticos están en Ruidera o Ossa de Montiel, donde abundan casas rurales y pequeños hoteles familiares.
  • Una escapada de fin de semana es suficiente para conocer lo esencial, aunque los más aventureros pueden dedicar más días y combinar con rutas culturales por La Mancha.

9. Sierra de Gredos, Ávila

Sierra de Gredos
Sierra de Gredos

La Sierra de Gredos, situada en el corazón del Sistema Central, es un paraíso natural que combina altas cumbres, gargantas, lagunas glaciares y pueblos con encanto. Es uno de los destinos clásicos de turismo rural en España y, en otoño, se convierte en un lugar perfecto para familias que buscan naturaleza, aire puro y actividades al aire libre.

La magia de esta estación se refleja en sus bosques de robles y castaños, que adquieren tonalidades cálidas, mientras que en las cumbres más altas empiezan a aparecer las primeras nieves, creando un contraste único.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los paisajes son especialmente fotogénicos gracias al contraste de los bosques dorados y las cumbres nevadas.
  • El clima es fresco y agradable para caminar o hacer rutas sin el calor del verano.
  • Hay menos visitantes que en verano, lo que permite disfrutar de la tranquilidad de la sierra.
  • La gastronomía local, con platos de cuchara y carnes a la brasa, es perfecta para esta época del año.

Qué visitar

  • Plataforma de Gredos: punto de partida de muchas rutas familiares, accesible en coche. Desde allí parten varios senderos de distinta dificultad.
  • Laguna Grande de Gredos: un lugar emblemático. La ruta completa es larga (unos 13 km ida y vuelta), pero se puede hacer solo un tramo para disfrutar del paisaje.
  • Cuevas del Águila: en Ramacastañas, cerca de Arenas de San Pedro, con estalactitas y estalagmitas que fascinan a los niños.
  • Arenas de San Pedro: uno de los pueblos más animados, con castillo medieval, convento histórico y buen ambiente.
  • Hoyos del Espino: otro de los pueblos base para explorar la sierra, con alojamientos y restaurantes familiares.

Actividades familiares

  • Senderismo fácil: rutas como la de la Laguna de los Caballeros o el sendero accesible del río Tormes son ideales para familias con niños pequeños.
  • Rutas a caballo: una forma diferente y divertida de explorar la naturaleza.
  • Observación de fauna: cabras montesas, buitres y águilas reales se dejan ver con frecuencia.
  • Parques de aventuras: en Arenas de San Pedro y otros pueblos cercanos hay parques con tirolinas y circuitos entre árboles.
  • Visitas culturales: castillos, monasterios y ermitas que combinan historia y tradición.

Qué no perderse

  • El atardecer desde la Plataforma de Gredos, con vistas impresionantes de las montañas.
  • El contraste de colores en el valle del Jerte cercano si coincide con la otoñada de los cerezos.
  • Probar un chuletón de Ávila o unas patatas revolconas en una taberna local.
  • Una excursión corta hasta alguna de las charcas naturales (como la de Valdeascas), que en otoño están tranquilas y llenas de encanto.

Consejos prácticos

  • Aunque muchas rutas son fáciles, conviene llevar calzado de montaña y ropa de abrigo: en otoño el tiempo puede cambiar bruscamente.
  • Para familias con niños pequeños, mejor optar por rutas cortas o planificar tramos de senderos más largos, pero sin hacer el recorrido completo.
  • El alojamiento en casas rurales y hoteles de montaña en Hoyos del Espino o Arenas de San Pedro es ideal.
  • Octubre y noviembre son los meses más recomendables: los paisajes están en pleno esplendor otoñal.
  • Si se busca tranquilidad, mejor evitar los fines de semana largos, cuando el parque recibe más visitantes.

10. Ribeira Sacra, Galicia

Ribeira Sacra
Ribeira Sacra

La Ribeira Sacra es una región que combina naturaleza, historia y gastronomía de forma espectacular. Se encuentra en Galicia, a lo largo de los cañones de los ríos Sil y Miño, y destaca por sus monasterios medievales, viñedos en terrazas y miradores sobre los cañones que dejan sin aliento.

El otoño es la mejor época para visitarla: los viñedos cambian de color, la luz dorada hace que los paisajes sean aún más impresionantes y se vive la temporada de la vendimia, con actividades familiares que permiten acercarse a la cultura del vino de manera educativa.

Por qué es una buena opción en otoño

  • Los viñedos en terrazas se llenan de tonos cálidos y ocres, creando paisajes de postal.
  • La temporada de vendimia permite conocer el trabajo en los viñedos de forma divertida y didáctica.
  • Los cañones de los ríos Sil y Miño lucen en su máximo esplendor, ofreciendo rutas de senderismo y paseos en catamarán sin aglomeraciones.
  • El clima otoñal es suave y agradable para explorar pueblos, miradores y rutas naturales.

Qué visitar

  • Cañones del Sil: con miradores como los de Cabezoás, Balcones de Madrid o Santo Estevo, desde donde se aprecian las terrazas de viñedo y la profundidad de los cañones.
  • Monasterio de Santo Estevo: convertido en parador, es un ejemplo impresionante de arquitectura monástica y ofrece visitas culturales.
  • Monforte de Lemos: un pueblo con casco histórico, castillo y jardines perfectos para pasear.
  • Parada en bodegas familiares: muchas abren sus puertas para visitas y catas de mosto para niños.
  • Paseos en catamarán por el Sil: una actividad segura y espectacular para toda la familia, donde se aprecia el paisaje desde el río.

Actividades familiares

  • Rutas de senderismo: hay senderos de distinta dificultad que bordean los cañones o atraviesan los viñedos, aptos para niños y mayores.
  • Vendimia educativa: algunas bodegas organizan actividades donde los niños pueden recolectar uvas y aprender sobre el proceso del vino sin consumir alcohol.
  • Observación de fauna y flora: la zona es hogar de águilas, garzas y ciervos que llaman la atención de los más pequeños.
  • Talleres y actividades culturales: en monasterios y centros culturales se realizan cuentacuentos, talleres de historia y talleres de artesanía.
  • Miradores y fotografía: los paisajes de otoño en Ribeira Sacra son perfectos para enseñar a los niños a observar y disfrutar de la naturaleza.

Qué no perderse

  • Los miradores sobre los cañones del Sil, especialmente al atardecer.
  • Una visita al Monasterio de Santo Estevo y sus jardines.
  • Degustar productos locales: queso, miel, empanadas gallegas y vino de la zona (para adultos).
  • El paseo en catamarán por el Sil, que permite ver las terrazas de viñedo desde otra perspectiva.

Consejos prácticos

  • Llevar ropa en capas, ya que las mañanas y noches pueden ser frescas, aunque el día sea soleado.
  • Reservar las visitas a bodegas y catamaranes con antelación, especialmente en fines de semana.
  • El alojamiento rural en Monforte de Lemos, Sober o en los alrededores de los cañones es ideal para familias.
  • Una escapada de 2-3 días permite recorrer los puntos principales sin prisas, combinando naturaleza, cultura y gastronomía.
  • El otoño, además de ser temporada de vendimia, ofrece menos turistas que en verano, lo que hace la experiencia más tranquila y auténtica.

Después de recorrer juntos estos 10 destinos mágicos para disfrutar del otoño en familia, está claro que España está llena de rincones que nos invitan a vivir experiencias únicas, rodeados de naturaleza, historia y gastronomía. Cada paseo, cada sendero y cada atardecer puede convertirse en un recuerdo imborrable para grandes y pequeños.

Si quieres que estas escapadas se conviertan en momentos inolvidables sin complicaciones, confía en nuestra agencia Hoteles Familia Numerosa. Nos especializamos en planificar viajes a medida, con alojamientos cómodos, actividades adaptadas para todas las edades y consejos prácticos para que tú solo te preocupes de disfrutar con tus hijos.

El otoño es la estación perfecta para descubrir nuevos horizontes en familia… y nosotros estamos aquí para asegurarnos de que cada viaje sea fácil, divertido y memorable. Reserva tus próximas vacaciones con nosotros y deja que la aventura comience.

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